Las plantas que escuchan y responden a las abejas
Pueden las plantas “oír” las vibraciones y sonidos que se transmiten por el aire y responder ante tales estímulos? Esta es la fascinante pregunta que ha respondido un equipo de investigadores israelíes en un estudio publicado recientemente en la revista Ecology Letters. En él, muestran cómo las plantas detectan el zumbido de las abejas y responden a dicho estímulo en cuestión de minutos produciendo un néctar de mayor calidad que atrae a los insectos hacia sus flores.
El experimento comienza con la exposición de las flores de la onagra (Oenothera drummondii) a grabaciones con zumbidos producidos de manera natural por el vuelo de las abejas, y también producidos de manera sintética, mediante el uso de frecuencias similares a los que emiten estos insectos al volar. Para entender esta historia, es necesario ser consciente de la estrecha relación que se establece entre plantas y polinizadores. Como en tantos otros casos en la naturaleza, la fructificación, y por tanto la supervivencia, de la onagra depende, en parte, de que los polinizadores sean capaces de llevar su polen a otros ejemplares y poder así completar la reproducción sexual de esta especie.
Las plantas, mucho más comunicativas de lo que pudiera parecer
Ya antes de este estudio eran conocidas las múltiples vías de comunicación entre polinizador y planta, como por ejemplo la atracción a partir de colores o la sofisticada comunicación mediante señales eléctricas emitidas por las flores y que las abejas son capaces de distinguir. Esto permite a estos insectos saber dónde se encuentra el preciado néctar con el que se alimentan. Es decir, pese a que las plantas puedan parecernos “poco comunicativas”, es posible que simplemente no hayamos descifrado totalmente su “complejo idioma“. Cada vez avanzamos más en nuestro conocimiento sobre las vías y lenguajes que usan las plantas para comunicarse. Que levante la mano quien supiera, por ejemplo, que el olor del césped recién cortado se debe a una señal química con las que las plantas se advierten unas a otras ante la presencia de un consumidor, que en este caso es nuestro cortacésped.

Oenothera drummondii, especie de planta utilizada en el estudio, ocupando un arenal costero, Autor: Yu-Ju Chang / CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)
Descubriendo el oído de las plantas
Entre toda esta amalgama de métodos para compartir información, el sonido es uno de los canales de comunicación más utilizado en los ecosistemas. Incluso ha habido algunos estudios que ya han estudiado los efectos del sonido en el crecimiento de las plantas a largo plazo -al final, va a resultar que tu madre o tu vecino no está tan locos y puede que la tradición popular de cantarle y ponerle música a las plantas no sea tan descabellada-.
Sin embargo, es la primera vez que se detecta la respuesta, casi inmediata, de las plantas a un sonido concreto. En este caso, los investigadores han comprobado que las plantas responden al zumbido de los polinizadores, produciendo un néctar con mayor contenido en azúcar en cuestión de minutos -3 para ser más exactos-. Esto incrementa las posibilidades de que los insectos transporten su polen de una planta a otra -la conocida como polinización cruzada- y, al mismo tiempo, reduce su gasto energético al invertir un mayor esfuerzo en producir néctar cuando hay insectos cercanos y por tanto hay más probabilidades de atraerlos hacia ellas.
Los científicos han descubierto que las flores vibran de forma mecánica como respuesta a estos sonidos, lo que sugiere un mecanismo en el cual las flores sirven como una especie de órgano auditivo. Tanto la vibración de las flores como la producción de néctar tienen lugar únicamente como respuesta a la frecuencia específica del sonido que emite la vibración de las alas de los polinizadores en vuelo, y no ocurre, por ejemplo, con sonidos de mayor frecuencia. Este hallazgo puede estar relacionado con una optimización de los recursos por parte de la planta, ya que la producción de néctar es un proceso que consume mucha energía y, gracias a sus “oídos”, puede concentrarse en los periodos en los que detecta actividad cercana de polinizadores.
Estamos ante un hito científico que genera numerosas preguntas y abre nuevas líneas de investigación en torno a la evolución conjunta de flores y polinizadores. Además, plantea otras cuestiones de carácter más aplicado, con gran relevancia económica: ¿puede el fuerte ruido que producimos los humanos alterar esta comunicación? Dada la enorme importancia que tiene la polinización para la existencia de muchas especies de plantas, el mantenimiento de los ecosistemas o garantizar la producción de alimentos y el bienestar humano, urge estudiar cómo el creciente impacto humano altera estas sofisticadas relaciones entre polinizadores y plantas, resultado de una evolución conjunta durante miles de años, en la constante búsqueda de la naturaleza de las soluciones más eficientes.
Artículo completo
Veits M, Khait I, Obolski U, Zinger E, Boonman A, Goldshtein A et al. (2019). Flowers respond to pollinator sound within minutes by increasing nectar sugar concentration. Ecology letters 22: 1483-1492. https://doi.org/10.1111/ele.13331
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