La Iniciativa de La Franja y la Ruta: las empresas chinas de agronegocios se globalizan
“Las distancias importan porque el tiempo importa. Y el tiempo importa porque mientras más rápido se produzcan e intercambien las materias primas, mayores serán las ganancias para cada una de las empresas. ¿La respuesta? Corredores de mega-infraestructuras.” Nicholas Hildyard
Una de las mayores compañías de comercio electrónico del mundo, JD.com, con sede en Beijing, señala que pronto serán capaces de entregar fruta procedente de cualquier parte del mundo a las puertas de los consumidores chinos, en un plazo de 48 horas. Se requiere una infraestructura global altamente integrada —que conecte campos, bodegas, transporte y consumidores— si se ha de lograr una meta como ésta. El nuevo plan chino de mega-infraestructura, la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), ayudará a que la visión de JD.com se convierta en realidad. También terminará concentrando la producción y la distribución global de alimentos, lo que marginará aún más a campesinos, pequeños agricultores, pescadores, comunidades bosquimanas y comunidades rurales. También hay serias preocupaciones de que BRI empeore el acaparamiento de tierras, los abusos contra los derechos humanos, el endeudamiento, el impacto ambiental y la salud en los países donde se aplicarán sus programas.
La Iniciativa de China “La Franja y Ruta” (BRI, por sus siglas en inglés), es el proyecto de infraestructura más grande jamás emprendido en la historia mundial. El proyecto actualmente involucra a más de 90 países en toda Asia, Europa y África, y se espera que tenga un costo superior al billón de dólares. El proyecto BRI también impulsará la concentración de la producción y la distribución global de alimentos, marginando aún más a los campesinos y pequeños agricultores, a los pescadores, a las comunidades bosquimanas y a las comunidades rurales.
Este informe analiza algunos de los importantes problemas que están comenzando a surgir a consecuencia de los proyectos relacionados con el BRI, en distintos países de Asia y África. Éstos giran en torno a la deuda pública, las amenazas a la soberanía nacional, el acaparamiento de tierras, los desplazamientos, los abusos contra los derechos humanos en las zonas de conflicto, los impactos ambientales, los problemas de salud pública y las violaciones a los derechos laborales.
Urge mapear el alcance e impacto de los proyectos afiliados a BRI. No sólo estos proyectos tienen un impacto negativo sobre los medios de sobrevivencia de los pequeños agricultores y las comunidades rurales en los países de los proyectos, también perjudicarán a los campesinos de China al reemplazarlos con producción industrial e importación de alimentos. En lugar de la agricultura industrial a gran escala y la expansión del comercio global que BRI proyecta, necesitamos respaldar a los pequeños agricultores y promover los recursos involucrados en la producción ecológica de alimentos para los mercados locales.
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Fuente: GRAIN